La presencia de las mariposas Monarca creció 144 por ciento respecto a la temporada pasada y en esta ocasión se establecieron 14 colonias en bosques de Michoacán y el estado de México, con una ocupación total de 6.05 hectáreas, informaron la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Alianza WWF-Fundación Telmex Telcel.
Hubo registros en nuevas colonias en el Nevado de Toluca y donde tradicionalmente hiberna, en la reserva de la biosfera, en el ejido el Rosario se encontró la colonia más grande, con 2.46 hectáreas ocupadas. En el estado de México se reportó una colonia mayor a una hectárea en el ejido El Capulín (santuario Cerro Pelón). También se ubicó otra cerca del volcán Popocatépetl, en Atlautla, estado de México, que ocupó una superficie forestal de 0.01 hectáreas.
En diciembre, cuando ya habían llegado desde Estados Unidos y Canadá las mariposas al centro del país, y la tercera semana de enero de este año, investigadores en coordinación con las comunidades locales, detectaron ocho colonias (4.98 hectáreas) en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca y seis (1.07 hectáreas) fuera de ella.
Andrew Rhodes, titular de la Conanp, indicó que esta temporada fue la de mayor superficie ocupada por la Monarca desde 2006-2007, cuando el área forestal en que hibernó el lepidóptero fue de 6.87 hectáreas. En 2013-2014 se registró la ocupación más baja con .67 hectáreas en los bosques de hibernación desde que se iniciaron los monitoreos, en 1993-1994.
Contra cambio climático
Recordó que el Comité Científico Trilateral definió en 2015 que seis hectáreas era la superficie adecuada para tener una población viable de Monarcas en América del Norte. Destacó que las poblaciones de esta mariposa son fluctuantes por lo que no se puede bajar la guardia en atender amenazas como el cambio climático, el cambio de uso de suelo y la degradación forestal.
La explicación de esta mayor densidad de mariposas es que durante la primavera pasada las Monarcas que regresaron a Texas concentraron la puesta de los huevecillos en el centro del estado, donde las pupas y las larvas se desarrollaron favorablemente, dando lugar a la primera generación de mariposas de Estados Unidos, que a su vez encontró condiciones climáticas favorables para repoblar todos los sitios de reproducción en América del Norte, dijo por su parte Jorge Rickards, director del Fondo Mundial para la Naturaleza.